Enero 1953
Cuando muera si aun me quieres
deja largos tus cabellos,
recuerda que como un niño,
solía esconder en ellos
en las tardes agobiantes del invierno,
mi rostro helado de cierzos.
Cuando muera si aun me quieres
tornaré a meterme en ellos,
y en las noches silenciosas,
cuando tengas miedo al sueño,
te contaré mil historias, y mis versos
cambiaré por mil claveles
que enlazaré entre tus dedos,
y prenderé de tu boca,
la sonrisa leve y triste
de mi ensueño.
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