
Sigue el rito de mis pasos,
Que la arena te devuelva
Las huellas breves del día
En que la flor tomé en mis manos.
Fueron diez, tres veces
Que puse de nuevo mi paso
En las huellas de aquel día.
Te deseé cien mil veces
Y cien hijos.
Te vi cien mil caras
En cien años.
Cien mil veces enfrente mi cara a la tuya,
Y cien veces fueron tus cabellos blancos
Y mi cara y la tuya fueron siempre reflejos
La ira fue tu dolor,
Y tu ansiedad mi abrazo,
Que nos den muchos siglos de enfrentar
Tus ojos a mi vida,
Y que juntos contemos las arrugas de nuestro tiempo.
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