Enero 1953
Tengo yo pequeña niña
una pena que contarte,
es mi pena una chiquilla
muy hermosa, y una tarde......
Una tarde que era noche,
una noche inolvidable....
por el cielo cabalgaban
las brisas de la mar grande,
y en la tierra los gitanos
cantando coplas de azares,
tejían sus negras manos,
las cestas interminables.
En un extremo del campo,
junto a una fuente callada,
una gitanilla hermosa
morena y triste, en la falda
está insertando las cuentas
de un collar de flores raras.
Sueña con mozo jinete
en una yegua dorada,
rejoneando negro toro,
en una dehesa lejana.
el le regaló una ajorca
a cambio de una mirada.
Era yo buen mozo entonces,
y mi barba no era cana,
era mi brazo
y mi cara muy tostada,
mi cuerpo alto y erguido,
y mi alma enamorada.
pero la luna perversa,
envidiosa, dura y mala,
tuvo celos de la niña
por bonita y por amada,
y la llevó de la tierra
presa en sus azules garras.
La luna antes era roja,
¿Y sabes porque ahora es blanca?
porque armado de navaja,
cabalgué sobre la brisa,
y a la luna roja y rara
asesté de puñaladas,
hasta verla rota y blanca.
Pero a mi niña chiquilla
no me devolvió, malvada.
En la noche limpia y clara,
si miras el albo rostro
de la luna fría y rara
verás que llora la niña
y verás su linda cara
mirando fija a la tierra
buscándome entre la jara,
buscándome en los viñedos,
sin saber que mis espaldas
se curvan, y la mirada
tengo rota de buscarla
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