
Yo lancé mi barquito al arroyo
con su vela de papel.
Él bogaba feliz, siguiendo su aventura
yo miraba feliz, viviendo siempre en él.
Tu mano fue cruel
y lo hundió en el fracaso de negrura.
¡Pobre barco, barquito de papel!
Que luchaste, hasta el fin
en tu pequeño mar de plata
¡Besa a la flor que te olvidó!.
¡Pobre de ti!