1973
El tiempo no se puede llevar
ni la tierra ni el día,
ni la noche ni el mar.
No puede acallar la armonía
de los mundos, ni quizá
podrá torcer la vida.
Porque tengo su arena en mis manos
aprisionada fuerte
y no caerá, ni habrá ya días lejanos
Ni temeré a la muerte.