Friday, March 09, 2007

NOCHE











Las noches de mil estrellas, que hay aquí
y los días, solo luz,
hacen que mi sueño venga,
arropado con las sombras
con la fuerza de un alud.

Los días son maravillas, de quietud,
las pausas de la jornada,
las calles y la hondonada
donde se mece el azul

de la mar rizada y suave,
hacen que mi alma no acabe
de sorprenderse, y la luz
que me apasiona y conmueve,
hace que el mundo que mueve
aquí la vida, se pare.

Y quiera ser, no existir.

Como quiera que la tarde
sigue silenciosa, y canta
los albores de la noche,
trae consigo como un velo,
los celajes, y en el suelo
saltan las hojas de otoño,
bailan su danza, y el polvo
se levanta con la brisa,
saluda y canta y su risa
suave casi en un suspiro,
recuerda el dulce siseo de los besos,
y el deseo me renueva el corazón,
y vuelvo a sentir calor,
de adolescente en sus fueros,
a pesar de que en Enero
se transformó mi sazón.